Toda organización a la hora de salir debería realizar una evaluación interna y externa para comprender si se encuentra preparada para los desafíos que propone la internacionalización. Del mismo, podrá obtener información acerca de diferentes áreas funcionales e incluso verificar qué aspectos deberían ser modificados de manera de poder constituir una oferta exportable que sea razonable con el entorno y las exigencias de los mercados foráneos.
Evaluación Endógena
El análisis interno de la organización debería hacer foco al menos en: Entorno Productivo, Capacidad Financiera, Habilidades Humanas y Certificaciones.
De la evaluación del Entorno Productivo debería verificarse la Capacidad Instalada (esto es, cuánto puede producir la organización por día, mes y hasta anualmente), Producción Real, es decir, cuánto produce considerando la capacidad productiva real, y niveles de ociosidad. Por esto último se entiende, lo que la organización deja de producir teniendo capacidad suficiente para hacerlo. La bibliografía vinculada a esta temática hace foco en abrir mercados internacionales, intentando exportar la ociosidad. En otras palabras, aumentando la producción al máximo posible, sin que el proyecto de internacionalización amerite la salida del mercado local. Esto se justifica en que, al aumentar la producción los Costos Fijos de la organización pueden distribuirse sobre una mayor cantidad de unidades producidas lo cual mejora el costo unitario y acerca a la empresa a alcanzar economías de escala.
Respecto de la Capacidad Financiera, la gerencia de la organización debe conocer en profundidad si la misma está en condiciones reales de financiar el proyecto exportador, entendiendo que, en éste, se requerirán inversiones para la apertura de mercados externos y que además es probable que las exportaciones deban financiarse a 90, 120 y hasta 180 días ya que es casi inviable solicitar pagos adelantados a clientes del exterior (en inglés CAD – Cash in advance). Es por ello, que será oportuno analizar las posibilidades de autofinanciamiento (con capital propio) o acceder a financiamiento externo en una entidad financiera. En todos los casos, deberían analizarse las tasas de interés y el costo de oportunidad. A veces, el financiamiento externo a tasas blandas (bajas) podría ser una excelente oportunidad para poder acceder al mercado internacional.
Las habilidades humanas del equipo de trabajo podrían considerarse uno de los aspectos cruciales a la hora de la internacionalización. Cada integrante de la organización tendría que comprometerse a realizar sus labores con compromiso, dedicación y excelencia. Esto le permitirá a la empresa concretar ventajas competitivas que le posibilitarán diferenciarse en un mercado cada vez más convulsionado. El equipo de trabajo debería ser al menos bilingüe en idioma inglés y contar con experiencia en la promoción de exportaciones, la negociación internacional, la gestión de cobros y pagos al exterior, la logística internacional y la operatoria aduanera. La carencia de personal con las calificaciones enunciadas, darán lugar a la contratación de nuevo personal, la rotación interna, la terciarización o la inversión por parte de la empresa para formar al recurso humano, aunque esta opción resulte lenta y costosa.
Por último, las Certificaciones Internacionales podrían convertirse en la carta de ingreso a los mercados exteriores debido a que muchas naciones han aumentado los estándares productivos durante los últimos 30 años. Cada rubro y sector, cuenta con un sin número de certificaciones posibles, tanto a nivel nacional como internacional. La gerencia deberá evaluar tales requisitos con dedicación y paciencia, a fin de ajustar su oferta de manera adecuada y poder ingresar a los mercados externos de forma satisfactoria, eludiendo estas barreras para el ingreso con previsión y responsabilidad.
Evaluación Exógena
En este caso, la gerencia de la organización deberá evaluar el entorno que rodea a la misma. El entorno político, económico, social, tecnológico, cultural y hasta sanitario delimitarán el campo de acción y la calidad de las oportunidades y amenazas. Todo esto, entendiendo que la organización no actúa de manera individual y está afectada directa e indirectamente por su entorno.
Las políticas públicas podrían posibilitar la salida al exterior de una manera más asertiva. Muchas veces, las estrategias de promoción de exportaciones llevadas adelante por organismos públicos y por instituciones intermedias, podrían posibilitar la gestión de negocios internacionales. Tal es el caso de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional y de diversos organismos como Pro Mendoza. Estas entidades, son las encargadas de dar asistencia al empresario y hasta prepararlos para participar de Ferias, Ruedas de Negocios y Misiones Comerciales.
La situación económica y política del país terminarán por definir el entorno macro para la gestión de negocios externos. Deberán considerarse tanto el tipo de cambio como la evolución de precios internos debido a que la oferta competitiva puede verse alterada por la interacción de dichos indicadores. Toda devaluación de la moneda local posibilitará la concreción de exportaciones y viceversa. Por otro lado, si la inflación no fuese acompañada por una devaluación equivalente, la oferta de bienes y servicios se verá afectada perdiéndose mercados foráneos.
Los entornos tecnológicos, culturales y sanitarios definirán el entramado de oportunidades y amenazas, siempre en relación con la naturaleza del producto o servicios de que se trate. Un fabricante de alcohol en gel verá acrecentar la demanda de su bien exportable toda vez que se registren altas tasas de contagio de enfermedades infecciosas como el COVID-19. Asimismo, los confinamientos interpuestos por los diferentes Estados Nacionales han favorecido al sector tecnológico e inclusive predispuesto oportunidades para el smart working. Algo semejante sucede con el entorno cultural que se ve afectado directamente por las modas y los cambios de tendencia. Antiguamente el mundo del entretenimiento le daba al espectador un rol pasivo en el sentido que era el programador quien decidía qué debía ver y cuándo el consumidor. Hoy la situación es diferente porque es el espectador quien decide qué y cuándo ver. Tal es el caso de las plataformas de streaming como Netflix y tantas otras.
La organización no es un ente aislado y siempre se ve afectada positiva y negativamente por el entorno que la rodea. El empresario debería tener un conocimiento amplio de lo que sucede en el mercado y sus ambientes para poder ajustar la oferta competitiva de manera de poder perpetuarse en el mercado internacional e inclusive crecer.